La Muñeca Amada Por El Tirano - Cap 34


 

Capítulo 34

"¿Hermano mayor...?"

"¿Eh?"

Los ojos del hombre se entrecerraron con confusión al ser llamado repentinamente "hermano mayor".

Esta persona tiene los ojos rojos así que pensé que era Raytan. Pero ahora que lo miro de cerca, no es él. Tiene el pelo azul marino y es mucho más alto que Raytan. También parece unos cinco o seis años mayor que Raytan. Su ambiente era un poco diferente. Además, ¿había alguien más en el Palacio Imperial con ese tipo de ojos?

"¿Quién eres?"

Le preguntó Sezh con cara de perplejidad.

"Creo que debería ser yo quien preguntara eso". El hombre respondió a Sezh con una mirada irónica.

"Oh, soy Sezh. Bueno, me perdí de camino a la biblioteca..."

"..."

"Lo siento, pero ¿podría indicarme el camino..."

El hombre se quedó callado. Entrecerró los ojos mientras miraba a Sezh.

¿Por qué me miras así? ¿Quieres buscar pelea?

"¿Has dicho que estás aquí porque te has perdido?"

"Sí."

"¿De dónde saliste?"

"De un pequeño agujero detrás del palacio."

"¿Viniste de allí y ahora estás aquí?"

"¿Perdón? Así es..."

"Qué raro".

El hombre ladeó la cabeza y procedió a preguntar de nuevo.

"¿Acabas de llegar aquí por descuido?"

"Uf, sí..."

En ese momento, el hombre frunció el ceño mientras miraba a Sezh.

"¿Cuántos años tienes, pequeña?".

"Tengo doce años".

No estoy mintiendo. Ya que ahora mismo tengo doce años.

"¿Has dicho que tienes doce años? ¿Los tienes?"

"Sí. Entonces, ¿no se supone que tengo doce años?"

"Qué gracioso..."

El hombre soltó una risita.

Qué tiene de gracioso algo que no lo es.

Sezh miró al hombre como si estuviera mirando a un loco.

"Disculpe, si pudiera indicarme el camino a.…".

"¿Le gustaría tomar una taza de té?"

"Sí, por eso del té... ¿Perdón?"

"Tomemos una taza de té."

El hombre estaba siendo terco. Agarró a Sezh por el hombro y le hizo sentarse delante de la mesa junto a la ventana.

Me pregunto de qué va esto.

Pero fuera lo que fuera lo que estaba pasando por la cabeza de Sezh ahora mismo, al hombre le importaba un bledo.

"Toma un sorbo. Es leche caliente".

El hombre empujó una taza hacia ella, con algo de vapor saliendo visiblemente de la taza.

No está envenenada, ¿verdad? Sezh dudó en bebérsela, pero decidió tomar un sorbo o dos de la leche caliente, pensando que no sería educado rechazarla y no bebérsela.

"¿Qué dijiste antes? ¿Hermano mayor?"

El hombre se sentó frente a Sezh antes de empezar a interrogarla.

"Ah, sí. Me equivoqué..."

"¿Por qué?"

"¿Perdón?"

"Si has dicho que te has equivocado, entonces supongo que me parezco a alguien que conoces. Entonces, ¿hay alguien en este palacio imperial que se parezca a mí?"

"Eso es... el color de tus ojos tiene el mismo color que mi hermano".

"¿Igual que yo...?"

La cara del hombre se endureció.

"Sí, el hermano mayor Raytan también tiene los ojos rojos. Pero tiene el pelo negro en vez de azul marino..."

"Espera, por favor espera. Ray... ¿qué?"

"¿Perdón?"

"¿Qué has dicho?"

"¿Sobre tener el pelo negro y los ojos rojos?"

"No, eso no. ¿Cómo se llama?"

"¿El hermano mayor Raytan?"

"¿Raytan? ¿Su nombre es Raytan?"

¿No me oye? Sezh estaba nervioso.

"Pero tú eres de la familia real. Tienes el pelo rubio y los ojos azules..."

"Sí. Así es."

"¿Así que tu hermano mayor también es parte de la familia real?"

"Eso también es cierto."

"Me he quedado sin palabras..."

El hombre se río. Francamente hablando, a Sezh le pasaba lo mismo porque en ese momento estaba estupefacta, sin palabras para saber cómo responderle.

Me preguntaba si podría ayudarme a encontrar el camino, pero nunca pensé que fueras una persona tan loca...

"Pero, ¿quién es usted? ¿Vives aquí? Pero este es el palacio de Lady Lise..."

"Ummm..."

"¿O quizás la sirvienta de Lady Lise?"

"No lo soy."

"Llevo allí unos días, pero creo que nunca te he visto".

"Así es. Porque no hace mucho que me encerraron. "

¿Un prisionero...?

"No soy un prisionero".

"¿Eh? ¿Perdón?"

¿Qué es esto? Creía que estabas loco, pero ¿cómo has podido leerme la mente? Sezh parecía perpleja.

"Yo tampoco estoy loco".

"¿Me has leído el pensamiento?".

"No, tu cara sólo mostraba lo que estabas pensando".

"Tienes buena vista..."

"No quiero malentendidos".

El hombre se río mientras sorbía su té.



AnteriorÍndiceSiguiente



Publicar un comentario

0 Comentarios